Los sacerdotes Martin de Aranda (chileno),
Horacio Vecchi (italiano) y el Hermano Diego de Montalbán (mexicano) fueron
enviados a Elicura para evangelizar a los mapuches, durante la guerra de
Arauco. Sin embargo el cacique Ancanamún, no aceptó la evangelización y ayuda por parte de los
religiosos jesuitas y de los mapuches que los acompañaban, asesinándolos
cruelmente. Hoy en el lugar del martirio, se levanta una cruz y una placa
recordatoria pidiéndole a Dios por la paz entre los mapuches y chilenos.
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