viernes, 8 de mayo de 2020

Nuestra Señora Guadalupe de Ayquina - Calama

Cuenta la historia de una señora que estaba muy enferma y vivían en la quebrada de Ayquina. Un día mandó a su niño a buscar un remedio en el campo de Turi, pues sabía de la existencia de una hierba que la curaría. El niño, a poca distancia de allí en el camino se encontró con una señora muy bonita. Esta señora sacó de su manto una hierba y se la dio; después desapareció. El niño tomó la hierba y la llevó a su casa. La madre tomó el remedio y al poco tiempo mejoró, entonces le preguntó qué remedio era lo que le había traído. Contó el niño de la señora que se lo había dado.

La madre relató la historia a sus vecinos y todos fueron con el niño al sitio donde se había encontrado con la señora, porque decían que tenía que ser la Virgen Santísima. El niño indicó el lugar y dijo : “Aquí no más”. Por eso el lugar se llama Ayquina; y al mismo tiempo hicieron una capilla a la Virgen.

Había un niño que pastoreaba los corderos de sus padres en los campos de Ayquina. Un día vino una señora muy bonita y se puso a jugar con el niño. Pero los corderos se le desparramaron por todas partes y se le hizo tarde. Cuando llegó a su casa sus padres lo retaron. Al otro día pasó lo mismo, y todos los días, aunque sus padres lo castigaban, llegaba tarde a su casa, decía que los corderos se le desparramaban y que le hacían andar mucho.

Un día el padre salió al campo detrás del niño para ver qué hacía y vio que su hijo jugaba con un niño que salió de un árbol. Se acercó para retarlo pero de pronto vio a su hijo solo, porque el niñito había desaparecido y no lo volvió a ver. Se extrañó mucho y preguntó a su hijo quién era el niño con quien estaba jugando, pero éste le respondió que no sabía. El hombre se acercó al árbol de donde lo había visto salir y encontró escondida una imagen de la Virgen con el niño. Llegó también la gente de Turi y reconocieron que era la misma imagen de la Virgen de su iglesia que se había perdido por mucho tiempo. Entonces, en andas se la llevaron a su iglesia. Pero cada noche la Virgen volvía al árbol donde la habían encontrado. Al fin la gente de Turi se conformó y allá mismo en el lugar que fue hallada construyeron una capilla, porque sabían que la Virgen quería estar en ese lugar, y es donde ahora está el templo en el pueblo de Ayquina.


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