La Hermana María José de Jesús nació el 30 de enero de 1781 en un pueblito llamado Brabante, que queda en Holanda. Su nombre de origen era María Raaymakers. Sus padres se llamaban Gijsbertus y Bárbara y se dedicaban a cuidar casas de familias en el campo.
María Raaymakers tenía un tío Sacerdote Capuchino que se llamaba Lino. Un día él la invito a conocer a unas religiosas que habían llegado al pueblo donde vivían que se llamaba Wallwijk. Estas religiosas venían huyendo de Bélgica donde los conventos fueron cerrados y las religiosas debieron huir a otros países por la Reforma de Limburgo. Con los años las fue conociendo y compartiendo su vida junto a estas hermanas. Las hermanas fueron creciendo vocaciones y su apostolado estaba dedicado a la educación de niños pobres y huérfanos.
Fue esta hermosa misión que llamó la atención a María Raaymakers y el Señor cada día habitaba en su corazón, sintiendo la llamada de Dios para que ingresar a la vida consagrada; es así que en el año 1800 cuando María Raaymakers tenía 18 años se fue a vivir con las hermanas religiosas a DONGEN, viviendo en precarias condiciones muchas veces, pero la confianza en Dios y las personas caritativas a su alrededor hacían más liviana la carga.
Como religiosa María Raaymakers pasa a llamarse Madre María José de Jesús en honor a la sagrada Familia de Nazaret. La Congregación crecía con nuevas hermanas y se hacía necesaria la presencia de ellas con sus obras en muchos lugares. Es así que 20 años después de ingresada le encargan a Madre María José una nueva fundación de la Congregación en un pueblo llamado ETTEN, donde las hermanas tenían colegios y pensionados.
Así Madre María José vivía su consagración a Dios con mucha fe y perseverancia al servicio de los más necesitados, con su corazón muy grande puesto en Dios quiere llevar este mensaje a otros lugares más lejanos.
Producto de una situación dolorosa para Madre María José le llegará un nuevo desafío que cambiará su vida y misión apostólica. Un 1 de Septiembre del año 1832 funda la nueva congregación en un lugar llamado Roossedal, las Hermanas Franciscanas Penitentes Recolectinas. A partir desde este momento se dedica a la Educación y Misión junto a sus hermanas que el Señor le dio, todo bajo la confianza de la Divina Providencia.
Impulsó que esta nueva Congregación viviera la sencillez y alegría que San Francisco de Asís vivió con sus hermanos. Con los años Madre María José logró que su Congregación se expandiera fuera de Europa, fue así que invitada por un Obispo Holandés enviando a sus hermanas a Misionar a Curacao, una Isla en el Caribe que pertenece a Holanda, después a Surinam, que es el país más pequeño de América del Sur, Aruba y Bonaire, pequeñas Islas alrededor de Curacao.
Estas fueron las últimas misiones que Madre María José impulsó, aunque ella nunca llegó a conocer estos lugares de misión de sus hermanas. En uno de sus escritos Madre María José manifiesta: “¡Oh amable Jesús! Con este trabajo no tengo otra intención que honrarle , darle las gracias y hacerle venerar, amar y servir fielmente…”
Partió a la casa del Padre un 8 de diciembre de 1867 a la edad de 86 años. Pero la Misión continuaría y sus hermanas continúan el legado. Fueron creciendo en número y obras eran reconocidas y principalmente porque estaban al servicio de los pobres y campesinos con escuelas, orfanatos, hospitales y pensionados.
Fuente: http://www.hermanasfranciscanaspr.cl/wp-content/uploads/2019/01/HFPR-Historia.pdf
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