Nació probablemente entre 1540 y 1550 en lo que se llamaba Khota Kawana (Mirador del Lago), Bolivia, fue hijo de Tola y Francisco Tito Yupanqui y provenía de una familia ya conversa al catolicismo que sin embargo conservaba muchas de las creencias aymaras. La región era considerada el lugar central de la vida religiosa andina, en el eje que iba desde el lago hasta el Cusco, por ello las congregaciones de misioneros se empeñaron en evangelizar a sus habitantes como prioridad. Primero fue la Orden de Santo Domingo de 1539 a 1574, luego continuaron los del clero secular, en 1589 la de San Agustín, más tarde la de San Francisco (1894) y los jesuitas en 1576 erigieron su centro de doctrinas en el poblado ribereño de Juli.
Bajo la influencia de los padres dominicos, el joven Tito Yupanqui creció espiritualmente admirando las obras de arte religioso europeo. En ese entonces, la región estaba dividida entre los Urinsayas, que apoyaban que el patrono de la población fuera San Sebastián y los Aransayas, que querían que sea entronizada la Virgen de la Candelaria, de los cuales Francisco Tito Yupanqui formaba parte.
Cuenta la leyenda que una noche, una bella mujer que cargaba entre sus brazos a un niño de meses apareció en el cuarto del indígena y que así el supo que era el destinado a hacer la imagen.
El rostro de la Virgen aparecida se clavó en la mente del hombre, quien a partir de entonces comenzó con sus ensayos hasta crear una figura en arcilla de una vara de alto, bastante tosca. Antonio de Almeida, párroco de la capilla local, la hizo colocar en el altar junto a las magníficas figuras llegadas desde Europa. Al poco tiempo el padre Antonio Montoro se hizo cargo de la congregación y ordenó que se retirara la tosca figura y que se la guardara en un rincón de la sacristía. Tito Yupanqui, avergonzado, se la llevó pero prometió seguir intentando hasta lograr una figura que fuera digna no sólo de acompañar a las otras, sino de ser la principal en el altar mayor. Decidió partir a Potosí para aprender las técnicas necesarias, ya que la población prefería que fuera un originario del lugar quien hiciera la imagen en lugar de traerla desde fuera.
El proceso de beatificación de Francisco Tito Yupanqui, indígena aymara escultor de la Virgen de la Candelaria de Copacabana, comenzó oficialmente el 21 de mayo 2011 en la basílica de Nuestra Señora de Copacabana, situada a orillas del lago Titicaca, a 158 kilómetros de La Paz.
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