Nació en Terzolas, una ciudad en Val di Sole (Trento, Italia), el 10 de junio de 1895 de padres muy humildes, pero ricos en virtudes humanas y cristianas. Sintió el llamado del Señor a servirle entre los más necesitados e ingreso al Instituto de los Hijos de la Inmaculada Concepción en la comunidad de Saronno (VA), donde diez años antes había muerto el Fundador, el Beato Luis María Monti. Fue un discípulo fiel y estudioso de la vida y carisma de su fundador. Se consagró al Señor con votos religiosos el 15 de agosto de 1913.
En 1915 llegó a Roma, donde asistió a cursos de filosofía. Durante el primer año del curso de teología, el Superior General lo invitó a pasar a la facultad de medicina, para lo cual se inscribió en "La Sapienza" de Roma.
Se graduó en 1930 en Nápoles, siendo el primer médico de la Congregación, se unió a la actividad sanitaria del Instituto Dermopático de la Inmaculada de Roma, del cual fue un sabio director y se preparó durante quince años. Se dio cuenta en sí mismo de una feliz simbiosis: era un religioso fiel a su consagración a Dios; Era un médico atento a toda la persona del paciente a quien trataba con ciencia y amor. estuvo activamente involucrado en la vida de su Congregación, de la cual fue Vicario General. Su caridad brilló heroicamente en 1943-44, cuando abrió las puertas del Instituto Dermopático de la Inmaculada a los perseguidos por los nazis. Salvó la vida de un centenar de refugiados. Entre estos había 52 judíos, salvados durante el Holocausto. Por este acto heroico, llevado a cabo a riesgo de su existencia, el Estado de Israel le otorgó el honor de "Justos entre las Naciones", a la memoria.
En 1945, para enriquecer el espíritu apostólico, fue cofundador de la Asociación de Médicos Católicos Italianos (AMCI).
La plena conformidad con la voluntad de Dios fue el fundamento de su paz en el sufrimiento, que él consideró de gran valor. Entrego su alma al creador el 16 de marzo de 1950 en Roma. Su cuerpo descansa en la Iglesia del Instituto Dermopático de la Inmaculada Concepción, esperando que la Iglesia se proclame la santidad de su vida.
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